Las niñas del Siglo XXI
Cuando comenzó este siglo fue impresionante observar y palpar como lo lejano, bizarro y estrafalario se compacto en diversos dispositivos móviles, el entorno virtual multiplicó y facilitó todas las posibilidades de acceso a la información y comunicación con las demás personas, todos estos avances nos están permitiendo conocer y fomentar nuevas técnicas, pautas de comportamiento, el uso de nuevos instrumentos, lenguaje, ropa, entre otros.
Esta nueva cultura virtual fomenta y exige a las niñas a buscar, valorar, seleccionar y estructurar su futuro, el proyecto de vida que quieren construir, donde cada pequeño o gran paso lo hacen con voluntad, optimismo, con las ganas de crecer, desarrollarse y cumplir cada uno de sus sueños.
Las niñas de este siglo, fortalecen sus capacidades de liderazgo a través de herramientas como la inteligencia emocional, donde aprenden a regular las emociones, no juzgan, ni minimizan los sentimientos, sino los canalizan de manera positiva; saben conocer y reconocer sus habilidades, a ellas no les gusta forzar, cada día forjan su camino.
Observan, escuchan y cuestionan todo lo que pasa a su alrededor, aprenden a valorarlo a trabajar en equipo, porque saben que, con diversas posturas y pensamientos, les enseña a llegar a acuerdos en común a proponer soluciones de cambio.
Existen grandes ejemplos como Adhara Pérez niña de 10 años, que vive en la Ciudad de México, cuenta con un IQ de 162 y estudia dos carreras universitarias: Ingeniería Industrial en Matemáticas e Ingeniería en Sistemas. Su gran sueño es ser astronauta en la NASA y poco a poco se está acercando. También tenemos a Xóchitl Guadalupe Cruz López, quien se convirtió en la primera niña en recibir el “Reconocimiento ICN a la Mujer”, que otorga el Instituto de Ciencia Nuclear de la UNAM, ya que diseñó y elaboró un calentador solar para su casa.
Impulsar la educación y el empoderamiento de todas no se debe limitar solo a que asistan a las aulas; se debe garantizar que aprendan, que se sientan seguras, que cuenten con las posibilidades de completar los niveles de educación, aumentar sus habilidades para competir en el mercado laboral, adaptarse y desenvolverse en una vida activa propia de esta era.
Las niñas del Siglo XXI, ya no están aspirando solo ver una película de ciencia ficción, ellas están viviendo lo que quieren ser, están haciendo que sus sueños se vuelvan tangibles y legítimos, van a lograr la igualdad sustantiva, cumpliendo sus derechos y siendo las protagonistas de sus vidas.